Que rija el Imperio de la Ley.

viernes, 26 de marzo de 2010

Ideología y Religión

Hace un par de semanas terminé El Tercer Reich de Michael Burleigh, ensayo que escribe "una nueva historia" de la dictadura nazi. Nueva historia porque más allá de un relato historiográfico más o menos detallado, la obra rastrea el árbol genealógico de la ideología nacionalsocialista, expone de forma impecable el fundamental componente mítico o pseudoreliogioso de la misma, y analiza la masiva aceptación del credo nazi entre amplias capas de la sociedad alemana como sustituto de la religión tradicional, haciendo especial hincapié en el enfrentamiento nada velado entre el Régimen Nazi y las Iglesias cristianas protestantes y, sobre todo, católica.
Ahora he empezado la última novela de Antonio Muñoz Molina, que se titula La Noche de los Tiempos, en la cual asistimos a una historia de amor que nace en el otoño madrileño de 1935 y muere  en el verano de 1936. No la he terminado aún, pero ya me atrevo a recomendarla. Creo que recupera la profundidad y honestidad en el análisis de nuestra tragedia, de la Guerra Civil, que encontramos en la trilogía de Jose María Gironella sobre la República, Guerra y Posguerra. El primer libro de dicha trilogía,Los Cipreses creen en Dios, se publicó por primera vez en 1953 y el último, Ha Estallado la Paz, en 1966 (si obviamos Los Hombres Lloran Solos, más tardía). Llevamos demasiados años oyendo historias de malos y buenos, demasiados años sufriendo la victoria de unos y la derrota de los otros. Agradezco libros de nueva generación, que superan decididamente la visión la Guerra como una historia de malos y buenos, y antes al contrario intentan ahondar en los delicados matices que encontramos en ambos bandos, teniendo en todo momento presente que la Guerra y las consecuencias de la misma son una  tragedia para España y todos los españoles.En su novela, Antonio Muñoz Molina también trata dos ideologías como sustitutas de la religión, comunismo y anarquismo. 
A propósito de estas dos obras, ensayo la primera y novela la segunda, os animo a discurrir sobre la naturaleza pseudoreligiosa de las dos grandes ideologías totalitarias del siglo XX, comunismo y nazismo, y de otra tercera que si bien no tuvo demasiada importancia en el resto de Europa, en España fue una de las que más ayudó a derribar la Segunda República Española, el anarquismo.
Quisiera resaltar que las estructuras del pensamiento apenas cambian. 
La paradoja del Materialismo Histórico de Marx y Engels es que su doctrina, el comunismo, acaba por parecer una suerte de religión en la que es obligatorio creer. Marx, científico social víctima del paradigma positivista reinante en el XIX, cree haber descubierto las leyes que determinan el acontecer de la Civilización, y en función de las mismas se atreve a predecir el futuro de la humanidad de igual manera que un astrónomo puede predecir el movimiento de los planetas. Mutatis mutandis, el marxismo vulgarizado o comunismo acaba siendo una suerte de creencia milenarista; la revolución que superará al capitalismo es inexorable y no una acontecimiento que dependa de la coyuntura humana, y el advenimiento del Comunismo es inevitable. En base a ello, lo único que le queda al hombre es esperar el advenimiento de la Dictadura del proletariado, que es un sustituto terrenal del juicio final, previo al final de los tiempos, al paraíso en la tierra, a la llegada del Socialismo con el que viviremos en paz, felicidad y abundancia para siempre jamás. Al comunismo le ayuda su caracter internacionalista para triunfar definitivamente como sustituto del "opio del pueblo". Pensar que esta profecía, por qué no decirlo, revolucionaria-milenarista afectará a toda la humanidad, independientemente de la voluntad de cada individuo, tiene mucho que ver con la voluntad holística del Cristianismo. Y de hecho no tarda en establecer su propia "iglesia", La Tercera Internacional, y su "Papa", el secretario general del PCUS al cual obedecen sin rechistar no sólo los súbditos rusos, sino todas las sucursales en forma de Partidos Comunistas de cada país que reciben instrucciones directamente de Moscú.
El nazismo también tiene una cierta obsesión por el lenguaje científico de la época, sobre todo de la biología darwinista, pero tiene una diferencia fundamental con el marxismo: el advenimiento del "Reich de los Mil años" (el equivalente a la Revolución para los comunistas) no es inexorable. Antes al contrario, dicho advenimiento sólo vendrá impulsado por la determinación del pueblo alemán sabiamente guiado por su Führer, que es la encarnación del Volk, una comunidad que trasciende lo nacional para ir hacia lo espiritual. A efectos prácticos esto lleva a que todo alemán, por el hecho de serlo, debe trabajar en la dirección del Führer (según termino acuñado magistralmente por Ian Kershaw)para llevar a Alemania al lugar que por derecho le pertenece, esto es, como la nación dominadora del mundo. Y ese trabajar en la dirección del Fuhrer abarca toda la existencia del individuo, pública y privada. Ha de ejercer como alemán, vale decir como nazi porque son términos equivalentes en la mente de Hitler, ya sea en su profesión, ya sea como esposo o esposa, ya sea como vecino o ya sea como soldado.

viernes, 5 de febrero de 2010

A grandes males, grandes remedios.

En este principio de año 2010 las noticias económicas definitivamente han podido con las meteorológicas, que fueron las grandes protagonistas del final del año pasado. Ojalá pudiéramos seguir hablando del tiempo, y mira que los fundamentalistas del cambio climático se llegan a poner insoportables, pero la realidad manda y ante la sucesión de datos negativos en la economía española , y, sobre todo,  de la errática actuación del Gobierno de España, no queda más que comentarla. El nuevo dato, sobresalto, de la semana es que ante el cariz de los acontecimientos, fuera de España se comienza a dudar seriamente acerca de nuestra solvencia a corto plazo.
Al Gobierno se le acaba el tiempo. Mi resumen de esta media legislatura es sencilla. Rodríguez Zapatero y sus voceros plantearon una campaña electoral basada en negar la evidencia de la crisis. Cuando el deterioro de la situación económica hace imposible esa impostura, se huye hacia delante apelando a la unidad nacional para salir de la situación y, de forma tramposa, se intenta colocar a la oposición y opinión pública crítica una imagen de poco patriotismo por no apoyar esta inescrutable llamada a la unidad que en realidad no tiene detrás ningún cambio en la política económica. Se hace evidente que no se pretende enmendar ni un ápice dicha política con una frase que pasará al inventario de la infamia: "La salida de la crisis será social o no será". Encarar una situación nunca vista, como es la crisis actual, con prejuicios propios de un pseudomarxista (poco leído, además) de la segunda mitad del siglo pasado, es demasiado para Pedro Solbes que se baja del barco harto de que sus recomendaciones sean desoidas en el Consejo de Ministros y de taparse la nariz ante políticas neo-keynesianas de todo a cien, como el inefable Plan E. Primera crisis de gobierno cuando apenas se lleva un año de legislatura. Optamos por ministros más cómodos en puestos claves, y para enviar una señal de austeridad a la sociedad se conservan los diecisiete ministerios  y aún se añade una tercera Vicepresidencia. A partir de ahí, todos agrupados contra la derecha, empresarios y críticos en general, se habían propuesto pasar, entre dimes y diretes de consumo interno y manejando la propaganda como nunca, el resto de la legislatura confiando en que las tendencias suicidas de la oposición y un viento económico impredecible pero favorable, asease mínimamente la situación con el tiempo suficiente como para encarar las elecciones de 2012 con posibilidades de éxito.
Pero el tiempo ya se ha acabado. Porque la falta de credibilidad del gobierno ya no es de consumo interno, la cuestión ahora es que Europa (Alemania y Francia) y las instituciones económicas mundiales han dejado de creer en que este gobierno, esta forma de gobernar, se pueda mantener siquiera hasta que amaine el temporal y exigen un cambio de rumbo inmediato. Y a partir de ahí, en poco más de una semana, este gabinete ha comenzado a lanzar globos sonda indicativos de que la salida de la crisis ya no será tan social. Fruto de ello, a Zapatero ya no le cree nadie. Ni a su izquierda, que le exige que se mantenga en su impostura y asiste incrédula a la subasta de derechos sociales por horas. Ni a su derecha que contempla impasible como se hunde y ni siquiera por un arranque de patriotismo le va a dar una oportunidad de resucitar, vía moción de censura. Ni fuera, porque el personaje en cuestión ha dado muestras más que suficientes durante estos seis años de que su palabra no vale nada y esto en politica exterior se paga. Ni dentro, porque a estas alturas de legislatura (aunque no hayamos llegado a la mitad de la misma) sólo sus voceros incondicionales, Leire Pajín y pocos más, siguen creyendo que Zapatero sea capaz de dar solución a algo.
Ante esta tesitura, y dado que la dimisión, sea por motu propio, o impuesta por un partido centenario pero más anestesiado que nunca, no entra dentro de las posibilidades reales, creo que es obligatorio por parte de la oposición presentar una moción de censura en el Parlamento. Esta moción, independientemente de que salga adelante o no, es absolutamente necesaria para que, tanto fuera como dentro de España, se tenga en cuenta que el cambio de rumbo real es posible. Y para que cada diputado y partido político se retrate en la moción de confianza posterior. 
Está en sus manos, sr, Rajoy. 


martes, 12 de enero de 2010

La terca realidad

   La mejor noticia política nacional del año pasado, sin duda, es el pacto PSOE-PP que hizo posible un cambio de inquilino en Ajuria Enea. Algo que a muchos pesimistas les parecía política ficción no ha más de una año, además de darnos la primera alegría que fue la propia constitución del Gobierno de Patxi López, nos ha seguido dando grandes satisfacciones que han dado al traste con las predicciones interesadas que le daban un corto periodo de vida marcado por la inacción.
  Antes al contrario, en menos de una año, sin prisa y sin pausa; con normalidad absoluta y sin estridencia alguna, se ha ido desmontando un conjunto de ignominias asentadas en el País Vasco a lo largo de muchos años, años de plomo, que afortunadamente cada vez lo son menos, y que según se vayan deslizando desde el cajón de la Actualidad al cajón de la Historia pondrán aún más en claro las numerosas injusticias cometidas con las víctimas del terrorismo y del chantaje. Queda por hacer, pero se ha variado el rumbo y desde luego estamos en una situación mejor que hace un año.
   Ya la toma de posesión como lehendakari marcó unas nuevas formas que nos dejaron adivinar que el nuevo gobierno optaba desde el principio por marcar diferencias con respecto a sus antecesores en el cargo. Compromiso de lealtad a la Corona, al Estatuto de autonomía y a las demás leyes vigentes. Tomar el cargo como "representante oridinario del Estado en el País Vasco" y hacerlo en la Casa de Juntas, en lugar de hacerlo bajo el árbol de Guérnica. Suprimir la referencia religiosa, "ante Dios humillado" por  "ante vosotros, representantes de la ciudadanía" y "desde el respeto a la ley". Sí, efectivamenete se podrá pensar que es una cuestión de formas, pero es que, como ya sabéis, las formas son tan importantes en una democracia...
   Además de ésta cuestión de la toma de posesión, tan estética pero al mismo timepo tan cargada de ética, será que es verdad aquello de que no hay ética sin estética, hemos asistido emocionados a varias determinaciones de este gobierno en las cuales se pretende cercenar el espacio público a la propaganda terrorista que, fruto de esta determinación política, ya no campa a sus anchas por las calles del País Vasco. Solo quiero, en este momento en el cual la dignidad política se impone después de muchos años de insultante ignorancia, recordar a tantos inocentes que han dado su vida por los derechos humanos y la democracia, a tanto héroe anónimo víctima del totalitarismo mejor tratado en Europa desde que cayó el Reich de los Mil Años, que no ha dudado ni un momento en  militar a favor de los derechos humanos en lugar de "derechos" colectivos y milenarios contrarios a la  civilización.
A todos ellos gracias inmensas por tratar de traer la civilización política a uno de los últmos lugares de Europa Occidental en que la echamos en falta.